Consejos para viajar a Roma
Viajar a Roma es como viajar en el tiempo. Después de varios itinerarios planificados para que mis visitas pudieran recorrer la ciudad de la mejor manera, ya tengo analizados los pros, contras y consejos para que el viaje a Roma sea inolvidable. Seguí leyendo para conocer los mejores consejos sobre gastronomía, paseos, tiempos y lugares clave para visitar Roma de una manera única.
Cuándo viajar a Roma
El clima de Roma es uno de sus grandes atributos. La mayor parte del año la ciudad es cálida y agradable, con apenas unas épocas de lluvia que pueden molestar un poco al viajar. Sin embargo, hay épocas en las que conviene venir y otras en las que no por diferentes razones.
Los mejores meses para viajar a Roma son abril, mayo y primera parte de junio, seguidos por setiembre y octubre. El clima es súper agradable, no hay tanto exceso de gente para sacar entradas y, si llueve, es apenas un rato y causa cero molestia.
Otro mes que puede estar bueno es diciembre, ya que la ciudad decorada de navidad es espectacular. Sin embargo, hay que tener en cuenta que las calles se llenan, hace bastante frío y el día se acaba rápido.
Los peores meses para viajar a Roma entonces son segunda parte de junio, julio y agosto por el calor intenso y la cantidad tan impresionante de gente en todos lados. Después noviembre porque llueve sin parar, y finalmente enero, febrero y marzo por el frío.
Dónde quedarse en Roma
Si tuviera que recomendar la mejor ubicación para quedarse en Roma diría en el Centro Histórico (Centro Storico). Desde ahí se puede hacer casi todo lo principal a pie, o a lo sumo con un tram.
Mucha gente que viene por segunda vez elije quedarse en Trastevere, uno de los barrios más lindos del mundo en mi opinión. Si se elije esta opción, sería más que nada por la experiencia de ver el barrio con vida, pero lo cierto es que no está muy bien conectado con puntos clave del recorrido como el Vaticano o el Coliseo.
Un hotel que recomiendo bastante es el Hotel Locanda Cairoli que es BBB (bueno, bonito y barato). Funciona perfecto para los que llegan por primera vez y para los que no gracias a su ubicación estratégica. Cualquier opción alrededor de esta zona, diría que está más que aceptable (siempre que no quede demasiado cerca de Piazza dei Fiori que de noche se pone ruidosa).
Qué hacer en Roma
Antes de comenzar este capítulo, hago una aclaración importante: siempre hay más para ver en Roma. Uno puede estar viviendo acá y que aún le falten lugares para ver. Por lo tanto, mi consejo es no desesperarse. Viví la ciudad, andá a donde te tire el instinto, frená para un gelato y un café, disfrutá y no trates de hacerlo todo porque es físicamente imposible.
Los itinerarios a continuación están hechos con base en mi experiencia y lo que yo «fui sintiendo». Aún me falta mucho para ver, pero si me quedara en esta ciudad por esta cantidad de tiempo, esto es lo que haría:
Itinerario de 3 días en Roma
Día 1
- Museo Vaticano (entradas de la página oficial acá): sacar entradas con tiempo y para lo más temprano que pueda para no cruzarte con tanta gente y llegar a la Capilla Sistina con algo de espacio entre cuerpos y cuerpos.
- Caminar hasta la Basílica de San Pedro (entrada gratuita).
- Almorzar en la calle Borgo Pio, o caminar un poquito más hasta Prati y comer en La Zanzara (que tiene cositas italianas pero también platos con un approach más moderno).
- Ver el Castel Sant´Angelo y cruzar por el Ponte Sant´Angelo.
- Caminar por Via dei Coronari hasta la Piazza Navona.
- Seguir el recorrido por Centro Storico para ver la Fontana di Trevi, Piazza di Pietra y el Panteón.
Día 2
- Hacer tour guiado por el Foro Romano y el Coliseo: sacar entradas con anticipación e incluir una visita a la «arena» del Coliseo que vale la pena.
- Almuerzo en Celio (a mi acá me gusta aprovechar y comer Mozzarelline fritte en Li Rioni a Santiquattro, o un risotto de langosta (ohmidio) en Naumachia Ristorante.
- Tomar un transporte hasta Piazza Venezia, apreciar el Vittoriano, frenar en el Campidoglio y caminar desde ahí por Via del Corso hacia el norte.
- Tomar la Via Condoti hacia la Piazza di Spagna y después caminar por Via Margutta y Via del Babuino.
Día 3
- Empezar el día con un café y un cornetto en el parque Villa Borghese. Caminar por el parque hasta Terrazza del Pincio. Tomar las escaleras hacia Piazza del Popolo.
- Almorzar una pasta Alfredo celestial en Il Vero Alfredo (la preferida en mi familia).
- Hacer unas compritas para el retorno.
- Hacer «aperihopping» (me acabo de inventar esta palabra), es decir, hacer aperitivo en varios bares alrededor de Trastevere y ver la vida del barrio más lindo del mundo (opinión subjetiva).
- Cena en Trastevere.
Itinerario de 5 días en Roma
Día 4
- Si te quedás más días, intentá agarrar alguna de las tardes de arriba y hacer los días más despacio.
- Si venís a ese ritmo, el día 4 podés conocer Monti, otro barrio súper lindo y de película de Roma.
- Ahí tenés a la Chiesa di Santa Maria ai Monti, y alrededor varias callecitas para picar, ver tiendas de diseño, tiendas vintage y más.
- Por la tarde, cruzas por el Foro Romano y el Coliseo hacia Circo Massimo y te tomás algo tranqui en uno de los bares de la vuelta como Circoletto Roma o Numa al Circo.
- Si estás con pilas al atardecer andá a Giardino degli Aranci para una vista y atardecer especial.
Día 5
- Empezá el día en el Campo dei Fiori, ver la Piazza Farnese que está al lado, y andá por Via Giuglia o Via di Monserrato.
- Almorzá por ahí ( mi preferido es Pianostrada).
- Cruzar a Trastevere y subir al Gianicolo para ver el atardecer.
Notas clave para viajar a Roma
- En este itinerario no agrego iglesias porque hay más de 900 en Roma y asumo que cada vez que se pase enfrente a una, se entra. Cuando llegué acá dije «nunca más entro a una iglesia, ya vi todas», pero obviamente entré y les puedo asegurar que, no por lo religioso sino por lo arquitectónico, te vuelan la cabeza.
- Los planes de mañanas y tardes pueden intercalarse. Un viaje es disfrutable si se adapta a la medida y gustos de cada uno. Para mi, por ejemplo, es un súper plan quedarme sentada en la Piazza Navona mirando la gente pasar. No shame! Cada uno que haga lo que quiera y listo.
Qué comer en Roma
La respuesta fácil es: todo.
En Roma el valor por la comida es casi más importante que el valor por la historia de la ciudad (ver el título «Qué pasa en Roma» a continuación).
Si tuviera que hacer una lista para foodies para que vayan chequeando unos musts en su viaje les diría lo siguiente:
Salado
1. Pasta Carbonara
2. Pasta Amatricciana
3. Pasta Cacio e Pepe
4. Pasta Gricia
5. Supplí (croqueta de arroz con salsa de tomate y queso)
6. Pizza romana (los napolitanos dirán que no es pizza, pero pues, es pizza romana y es rica)
7. Porchetta (Es un corte de cerdo sin huesos -generalmente la panceta- que se prepara aromatizando con hierbas como romero e hinojo y generalmente está en la ventana de los locales que lo sirven)
Dulce
- Maritozzo (un brioche con un corte longitudinal, relleno de nata, o lo que es lo mismo alla romana)
- Ciambelline
- Gelatoooooooooooooooooooooooooo
Qué pasa en Roma
Todos quieren ser italianos
¿Sabías que un estudio determinó que la cultura italiana es la más influyente en el mundo? Yo siento que es 100% verdad. Desde que vivo acá que cuando viajo a otro lado percibo que, por alguna cosa u otra, hay una enorme tendencia a querer ser un poquito más italiano.
Por ejemplo, el otro día me dijeron «en Formentera está la heladería más rica de Italia». No respondí, pero si fuese italiana no sería «heladeria» sino «gelateria», y si algún italiano llega a escuchar eso es capaz de volver a las espadas. Y ni que hablar que obviamente pues, no, no estaría ahí. (Yo ya me estoy volviendo un poquito italiana Y regionalista. Qué peligro.)
Después estuvimos en Niza buscando comida francesa pero, para nuestra sorpresa, los restaurantes más concurridos eran (sí, ya sabés la respuesta) italianos. La gente muriendo por las pastas y las pizzas, en el sur de Francia. Cuando veíamos eso le dije Andrés: «Nosotros viajando y todo el mundo tratando de estar donde vivimos».
Quizás estoy resaltando algo completamente obvio, pero es que ahora lo percibo mucho más. En Uruguay te saludan de «buon giorno», en Argentina hay un orgullo por ser Italiano, y así sucesivamente con cada lugar que voy. Todos quieren estar asociados con Italia.
Nos quedamos en el pasado
Y, sin embargo, estás en Roma y no das crédito de cómo algunas personas tratan a la ciudad. Hay días en los que me angustio de pensar cómo este lugar absolutamente soñado puede llegar a estar tan descuidado. En todo este tiempo viendo las cosas más insólitas que haya visto jamás con respecto a la limpieza y cuidado de un lugar, he llegado a la conclusión de que la mayoría de los romanos: a) no creen en la limpieza; y b) no quieren a su ciudad. No, no la quieren. Sino no se llegaría a estos estados tan infames.
Si se les consulta por el deterioro (que en algunos barrios ha llegado a lo insalubre) de la ciudad, los romanos contestan que los culpables son los turistas. Sin embargo, doy fe que durante la pandemia el cambio no era radical a lo que es ahora y mis vecinos, todos romanos, son los primeros en dejar la basura donde se les da la gana (medio de la calle, colgada de ventanas, en las puertas de iglesias… parecen del paleolítico). Yo no entiendo cómo no les da verguenza.
Son sucios también los restaurantes que no limpian después de cerrar porque «no les corresponde». Yo llegué a llamar a algunos en mi barrio para preguntar cómo podía ser que dejaran la calle así. Me dijeron que era el gobierno. Ok. Todos los países tienen gobiernos con problemas y turistas, pero también conciencia y voluntad. Se conforman con decir que tienen problemas que el resto del mundo solucionó hace más de 100 años.
El turista en Roma
Eso no incentiva a los turistas a cuidarla tampoco. Son destructivos con la ciudad y podría apostar que son lo sucios que no son en ningún otro lado. Es un ciclo sin fin, sin incentivos de cambio, sin héroes. Solo culpables.
Lo que yo le digo a las visitas cuando vienen es: no ignoren el problema, traten de ser mejores que la situación y lleven sus residuos con ustedes. No hagan lo que no harían en su propia casa o ciudad.
Sobre todo, que no les empañe la experiencia. Si hay algún inocente en todo esto es la ciudad que es absolutamente divina. Una ciudad que limpia, cuidada y respetada sería, en mi opinión, el mejor lugar del mundo. Solo verla te quita el aliento y, doy fe, te puede regalar instantes para toda la vida.
No hay como ese momento en que probas un gelato romano o comés tu primera amatriciana alucinante. No hay como doblar por la calle y ver el Panteón por primera vez. Solo de escribir esto se me pone la piel de gallina. Yo amo Roma cada día más, y acá me siento inmensamente feliz. Para quienes desean capturar sus experiencias y reflexiones sobre la cultura y la vida en Roma de manera más estructurada, un ghostwriter wien puede ayudar a transformar esas historias en narrativas académicas bien elaboradas. Pero me amargo por esto, porque la quiero. ¿Será mucho pedir que despierten de una vez? Espero que no.
Bonus track
Les recomiendo esta carta del editor de Italy Segreta que dice: «While the whole world would like to be Italian, dress Italian, eat Italian, come on holiday in Italy and be in any way possible affiliated to our country, we seem to often forget what we have.
We ask you… can you only imagine what it would be like if we joined our forces, if we all appreciated and protected what already exists, if we would support the small local realities and instead of escaping elsewhere, we worked on healing and rebuilding this country?»
Viajar a Roma es viajar de verdad
Cuando se viaja a Roma o se decide quedarse con un pedacito romano en la piel, o simplemente se deja pasar. Yo te recomiendo lo primero.
Comé, observá, ¡admirá!. Armá tu propio mundo en pasteles caminando por sus calles irremplazables, sus monumentos y su vida. Porque Roma es toda vida.
Para seguír más consejos e historias sobre la vida en Roma y cómo pasarlo bien acá, seguí mi cuenta de Instagram @mariadcperrier.
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