Soy de los tres millones
Mi mamu es lo máximo por muchas cosas, entre ellas por darme la vida y parirme en Uruguay. Pero honestamente, esta última no siempre es cosa fácil. Si de fútbol se trata, el uruguayo nace con una calculadora abajo del brazo. Sufrimos hasta el último minuto en cada partido -de eliminatorias o de lo que sea- porque siempre que corre la pelota, ahí adentro sudan tres millones.
Cuando me mudé a Argentina en el 2007, por cuatro años me tomé a pecho el rol de embajadora y defensora de mi patria en cada discusión que arrancaba con «son una provincia» o «ah… argentino, uruguayo… es lo mismo». Los que nacimos en este espectacular triángulo en el sur y vivimos estas cosas sabemos cómo destacarnos, de estos y de aquellos, y a los que quieren tirarnos abajo les salió el tiro por la culata, y nos verán venir.
Aún con mis pocos años de vida, creo que puedo decir que tanto a mi como a muchos otros estos últimos diez días fueron de una intensidad sin precedentes. Una montaña rusa que está lejos de terminarse pero que felizmente está cargada más de alegrías que de tristezas, y como leí en uno de los tantos artículos sobre Uruguay estos días, a diferencia de otras selecciones donde se podría decir que los hinchas fueron a tomar, bailar o sonreír*, nosotros fuimos a alentar a morir, a convivir con este sufrimiento del lindo que para nosotros ya es combustible. Te digo, ser uruguayo no es apto para cardíacos.
El día después del primer partido del mundial, tuve que viajar nada más ni nada menos que a Costa Rica. Me banqué algún que otro chiste merecido del aduanero, del del cambio, de los amigos del del cambio, los primos también seguramente, del recepcionista del hotel y otros más. Siempre con la cabeza en alto y por supuesto sonriendo. A diferencia de muchos, en las malas somos más celestes que nunca. Igual claro que duele un poco… ser uruguayo no es apto para cardíacos.
Vi el partido contra Inglaterra en el aeropuerto de San José. A decir verdad, «ver» es una forma de decir. Entre los nervios, el sudor y las lágrimas debo haber visto un total de 35 minutos y el resto lo viví caminando en círculos alrededor de los asientos de la puerta de embarque guiándome únicamente por las expresiones en la cara de Juan. En el famoso minuto 38´ me forcé a normalizar mis pulsaciones porque sino en diez años estoy mirando a la selección con un arsenal de Aceprax al lado. Yo te digo, ser uruguayo no es apto para cardíacos.
Me subí al avión y me puse a ver videos y fotos del partido, y encontré uno de un noticiero uruguayo tremendamente emocionante que mostraba a la gente cantado el himno como si no hubiera mañana, «los hinchas festejando como jugadores, y los jugadores como hinchas»**. Espero que mis compañeros de asiento hayan pensado que las lágrimas que me caían eran por fobia al avión o miedo a las alturas, pero en realidad, eran puramente por el orgullo que siento por mi país tan diminutamente inmenso, porque no hay que ser Einsten para darse cuenta que tanto en la cancha como en el festejo, dejamos todo. Es inexplicable, ser uruguayo no es apto para cardíacos.
El martes no podía ser menos. Se sufrió durante el partido, y por supuesto después con la estela de hienas que dejó ese 1-0 con tráfico aéreo en la Unión Europea. Esos a los que todavia no les llegó el memo que cuanto más nos dan, más nos multiplicamos. Entre ataque y ataque, para dejar de engranar, me limité únicamente a leer artículos que hablaban de fútbol -a fin de cuentas, este es un mundial de fútbol-. Hablan de la garra del Palito Pereira después del KO, la imagen del Cebolla apurando a los de la camilla, Gimenez quebrado por completo al final del partido. Hablan de mística y orgullo.
Creo que haber vivido afuera potenció mi patriotismo. Se sufre un poco sí, pero no lo cambio por nada. Me remito innumerables veces al himno, subjetivamente el más lindo del mundo, porque es un grito de libertad y lucha como ningún otro, «libertad o con gloria morir», «la patria o la tumba», «sabremos cumplir». Hoy nos define más que nunca… y nos verán venir. No, ser uruguayo no es apto para cardíacos. Tampoco es fácil. Pero es lo más lindo que hay.
#DeOficioTodosONinguno
*http://www.sbnation.com/soccer/2014/6/24/5839188/uruguay-fans-world-cup-2014
**http://deportes.elpais.com/deportes/2014/06/20/mundial_futbol/1403286234_944324.html
#DeOficioTodosONinguno
*http://www.sbnation.com/soccer/2014/6/24/5839188/uruguay-fans-world-cup-2014
**http://deportes.elpais.com/deportes/2014/06/20/mundial_futbol/1403286234_944324.html
Juan95
on 6 noviembre 2020Waoh qué hermosa publicación, deja una enseñanza profunda que reafirma el amor que hay que tener por nuestro país, la patria que te vio nacer. Particularmente soy de Colombia, de un pueblo llamado Salento al cual amo y siempre mantengo presente día a día. http://www.quehacerensalento.com