Humanos de carne y hueso
Nunca me gustaron mucho los blogs de viajes con recuentos turísticos de comidas, lugares y promociones que al final nunca se encuentran. Sin embargo, voy a caer brevemente en eso pero sin miedo. Aprendí que todos somos seres contradictorios en algún momento de nuestra vida.
Intenté por todos los medios de hacer mi rutina, pero con escaso éxito. Se me dio por correr y lo hago cuando puedo, temprano, de noche o al medio día. Da igual… cuando quede un hueco. A mi amigo del Bazaar Aribau lo visito una vez cada dos semanas, principalmente porque tengo problemas con el cargador del teléfono que ya le voy cambiando tres veces. Extraño a Kim, era más amigable.
Trato de ir a meditar una vez por semana. Es decir, me como un chivito de Foc i Oli una vez por semana. Me junto con Pitu lo más seguido que podemos, y amo ser libre en mis palabras cuando converso con ella. Me gusta el pan tomate de La Flauta y las arepas del Born. Cuando quiero paz estudio en la Biblioteca de Catalunia, no puede ser más linda. Cuando me da igual estudio en casa o en la facultad. Cuando tengo pilas voy al Mercadona, sino me conformo con el BonPreu de la vuelta de casa. Prefiero la caña en el Raval que en el Gotic. Me hace inmensamente feliz el momento en que salgo de facultad y puedo elegir si volver a casa caminando, en bici, tram, bus o metro. Tengo pasión por el transporte de Barcelona.
De la cosas que más disfruto acá es la oferta inagotable para aprender lo inimaginable. Puedo decir que aproveché muy bien todos los cursos y talleres que tenía a mi alrededor, la mayoría de los cuales podría apostar no están en ninguna otra parte del mundo. ¿Querés aprender a saltar en una pata mientras cocinas ramen de calamar? Vení a Barcelona, existe.
– A veces tenés algún momento en que extrañas y te bajoneas, ¿no?
Me preguntaron el otro día. Al principio no entendí. ¿Que si tengo momentos de bajón? ¿Te dejaría más tranquilo si los tuviera? Espero que no…
La pregunta me dejó un par de ideas picando.
La respuesta es: por supuesto que si, ¿sino en qué momento dejé de ser humano?
El lado B de la cuestión siempre queda oculto, y quizá eso lo haya llevado a pensar en que vivo una vida plena y rosa sin traspiés. Pero no es así, y tampoco quisiera que lo fuera. Yo voy buscando mi felicidad, un fracaso, un logro, un bajón, un momento de alegría a la vez. Esa es mi receta, y la vivo a prueba y error. Efectivamente sí, sigo siendo humano.
Vivamos y dejemos vivir, que cada uno, sin importar donde esté, está peleando su batalla.
Selva Rodriguez
on 27 mayo 2016Sos muy linda amiga, aunque estuvieras en una ciudad aburrida, encontrarías la manera de ponerle colores, luz y pilas porque esa es tu esencia. Barcelona tiene el placer de tenerte 🙂
Maria del Carmen Perrier
on 27 mayo 2016Gracias Selvi !!! Con amigas como tú apoyando en todas es una papa 😉 Te quiero muchoooo!!!!
EVA Q
on 28 mayo 2016María! Qué reflexión más interesante! La has escrito, además, de una forma tan fresca y espontánea que me ha llevado a recordar cuando yo viví en UK! Al final, lo más importante es estar bien con uno mismo y saber disfrutar de las pequeñas cosas, de las anécdotas. No aferrarse.
Un beso linda, te veo pronto en el reformer dándolo todo!!
Maria del Carmen Perrier
on 28 mayo 2016¡Hola Eva! Que alegría saber que hay personas que se sienten identificadas con las mismas experiencias. Tal cual, la cuestión centrarse en estar bien con uno mismo y agradecer por esas pequeñas cosas 🙂 Un beso enorme y espero reintegrarme prontísimo!