Es hoy
Hoy empecé el día con unas pilas increíbles. Me sorprendí a mi misma la verdad porque a la mañana siempre soy un zombie, pero como antes de las diez ya me estaba riendo, me di unas palmaditas en la espalda y pensé para adentro: «mujer, hoy la rompemos».
A media mañana iba caminando y me acordé de una película que vi hace poco, «The Theory of Everything». Estaba toda contenta como si me persiguieran los pajaritos que me habían vestido a lo película de Disney, y entre canto y canto me puse a evaluar la posibilidad de escribir algo sobre mi propia percepción del tiempo. Inclusive pensé que iba a escribir un post entorno a «que bueno estar vivo… y el tiempo…«. Esa fue mi mañana con la cabeza en alto y un aire de «no me para nadie», encarando el día como una triunfadora total.
Hete aquí que eso duró un poco poco, puesto que segundos después me topé con una situación imprevista que me sacó de mi sueño.
— Ahora sí, es hoy. Creo que perdí la fe en la humanidad.
Odie decirlo en voz alta pero fue lo que sentí. Odie aceptar que le había encontrado sentido a las listas de fin de año de Buzzfeed dándome ejemplos de cosas que te ayudan a «restaurar tu fe en la humanidad», porque al leer esos títulos me daban a entender que entonces alguien, efectivamente, ya la había perdido.
Siempre preferí creer en la bondad de las personas, en las buenas intensiones. Siempre elegí pensar que hay más gente buena que mala, y opto por creer también que al final del cuento, el bueno siempre gana. Creo que pensar lo contrario no te puede llevar más lejos que a un bajón existencial, pero aún así, en ese momento no me salió decir otra cosa.
Si suponemos que la humanidad ya no tiene arreglo, por más triste que sea, como mínimo lo que se puede hacer mientras convivimos con el resto de la especie es tratar de marcar la diferencia, siendo siempre parte de la solución y no del problema. Ser seres conscientes de lo que pasa en el mundo que se dan cuenta de que lo que hacemos tiene un impacto, y que no existe tal cosa como un «impacto mínimo», sino un impacto y punto.
Cuando Ellen Degeneres termina su programa siempre dice: «be nice to one another«. Con esto en cuenta, en un momento donde la decepción en la humanidad domina gran parte de mi atmósfera, esa frase tan sencilla resume todo bastante bien. El mensaje es simplemente: seamos buena gente.
Selva
on 22 mayo 2020Me encantó, hay que poner el foco en el impacto que generamos desde nuestro lugar y tratar de ser embajadores del cambio para multiplicarlo e ignorar a los que no se suman para no darles ningún tipo de crédito.