Cosas que decir: Fin de año
Diciembre siempre me resultó un mes agridulce. Cuando era chica contaba los segundos para que se acabaran las clases y así no tener que ver la luz del día hasta que se hiciera el medio día. Disfrutaba, y aun disfruto, cualquier momento extenso de sueño ininterrumpido que se detiene solamente por la necesidad de sentir en la cara el calor del sol.
Por otra parte, en cuanto se acercaba mi cumpleaños el día del solsticio de invierno o verano según donde uno esté parado, me comenzaba a cosquillear el alma. A veces de tanto pensar en qué era lo que me deparaba el destino con un año más. A veces, porque inevitablemente me preparaba para algún que otro pinchazo de alguien que apreciaba y se olvidaba de la fecha. Eso no me detuvo, igualmente, a pasar bien mi cumpleaños más veces de las que no lo hice.
Quizá, después de 33 años de vida, las cosas deberían haber cambiado, pero no me puedo dar el gusto de decir que es así. Diciembre sigue siendo mi mes agridulce. Pasaron apenas 11 días y me siento igual de atrapada entre las oportunidades para estar ilusionada y el dolor de lo que no pude cambiar o arreglar.
Estoy cansada, superando obstáculos que no tenía cómo predecir. Estoy retorciéndome en heridas conocidas y nadando sin avances en los contratiempos físicos y emocionales de mi existencia. Los primeros días del mes, fui dolor. Toqué fondo y necesité mucha ayuda para llegar a la orilla. Ayuda que, al final y a diferencia de otros años, al menos, vino de algo nuevo que se está gestando dentro de mí.
En contraste, también hubo instantes de singular gratitud. Al mirar hacia atrás, no puedo ignorar una balanza que se inclina poderosamente hacia el lado de la ilusión. Vi y viví. Reconocí que, tal como vengo manifestando hace mucho tiempo, ya hice tangible la versión de hogar que soñaba. Tal como me recomendó Clau, estoy mentalizada en que lo más importante, sea lo más importante.
Además, este fin de año, sentí por primera vez un corazón adentro que no era el mío. Y así como si nada, mientras esperaba un momento para entender lo que podía pasar y pasó, me veo dividida en la incertidumbre de otro diciembre más. Estratégicamente esperando un año nuevo a una distancia prudente de la agrura del ser, y acercándome con conciencia a lo que será uno de los momentos revolucionarios en mi vida, del que sospecho habrá muchas cosas que decir.
Rosina Otegui
on 24 diciembre 2022Muchas gracias por tu última entrega del año !!! Esta vez, por primera vez en tu vida, cuando necesitaste ayuda, la ayuda vino de ti misma, a través de esa maravilla que está creciendo en ti 😍 De ahora en adelante tus diciembres nunca van a ser como eran, la idea de hogar que imaginaste se va a hacer cada vez más tangible y seguramente vas a tener muchas cosas que decir 🤗🥰🙅♀️