Como una señorita
—Perdón…Yo sé que algunas de esas cosas te las dije yo….— Me respondió Andrés después de mostrarle el video que inspiró este post.
Lo miré y me di cuenta que él es todo lo que está bien. Entiende por qué se lo mostré y entiende por qué me afecta. Reflexionó a la velocidad de un rayo y yo sé que sabe de dónde viene todo esto.
Sobre el video viral
Posiblemente se hayan dado cuenta de que esta semana se viralizó un video de GIRLS GIRLS GIRLS magazine. El video, que pueden ver a continuación, muestra a la actriz Cinthia Nixon recitando algunas de las miles de frases contradictorias que como mujeres tenemos que escuchar todos los días, sin solicitud alguna. Las frases se refieren desde la apariencia física hasta el comportamiento, así como del rol que muchas veces nos quieren imponer en la sociedad.
Mirá el video:
El guión está inspirado en un post del blog de Camille Rainville de título «Comportate como una señorita, me dijeron» (en inglés: Be a lady, they said). Camille es de Vermont y su blog se llama oportunamente «Escritos de una mujer furiosa».
A continuación, el nombre me hizo pensar en los al menos 10 escritos que escribí furiosa que me dio miedo publicar por no quedar «histérica», «ovárica» y todo lo demás. Lo que es aún más importante, quizás, es que me hizo acordar a las mil y una cosas que escuchamos desde que somos apenas unas niñas que condicionan cómo nos sentimos el resto de nuestra vida. Son frases que surcan en lo más profundo de nuestro ser y que van condicionando cada decisión que tomamos de ese momento en adelante. Son pequeñas cositas que, en la repetición, en la intensión y en la injusticia, simplemente nos hacen sentir inseguras e inútiles, feas y desubicadas. Poco respetadas. Sin valor. Y la lista sigue.
De manera atrapante e ingeniosa, el video logra que hasta el más escéptico mire los casi 3.00 minutos de video pensando: «alguna vez eso lo dije yo» (hombres y mujeres incluidas). Puede que eso pase por tu mente, y no está mal. Queda claro que la idea es provocar, pero el objetivo final, a mi entender, es dar luz a estas contradicciones y sus daños.
Es personal
Tal como suele suceder en todas las campañas donde se quiere plantear algo sobre lo que significa ser mujer, el video tiene sus haters y opinólogos de lo que, nuevamente, tendríamos que estar haciendo en vez de expresarnos en un video.
En estos días, me tomé un tiempo para leer esos comentarios y realmente no me entra en la cabeza por qué cuesta tanto escuchar y, por el contrario, no cuesta nada decirle al otro cómo, cuándo y por qué tiene, o no, que sentir lo que siente.
Vive y deja vivir.
Sin embargo, este es mi blog y si no lo tengo para decir lo que me provoca a mí, entonces, ¿para qué? Y lo que quiero decir es que no acepto la idea de que los chicos también escuchan estas frases, porque no lo hacen ni con la frecuencia ni con la soberbia que las tenemos que escuchar nosotras.
Además, creo que es bastante válido decir que los hombres no tienen ni el 1% de los complejos con los que tenemos que vivir las mujeres por todas estas «sugerencias amorosas» que nos hacen todos-los-benditos-días. Los complejos de los hombres son de ellos mismos. En cambio, los nuestros, son los nuestros sumados a los de todos los demás. Esa posición simplemente no es justa, y por eso creo que estoy viviendo este momento de manera personal.
Todo cambia
Después de ver el video me paré y le dije a Andrés:
—Puedo decir con absoluta certeza que el 90% de esas cosas las escuché alguna vez en mi vida, y tengo 31 años. La que me espera…
—¡Escríbelas!
—¿Qué?
—Ahora, dale. Siéntate y escríbelas «en caliente». Desahógate y cuenta lo que tengas que contar.
Y así es que pasó esto.
El texto a continuación es un abrazo a la distancia a esas amigas que sé que escuchar estas cosas les afecta y desconfigura. Es para las que reman día a día para que estos comentarios y opiniones no les destruyan la autoestima.
También para aquellas que, por intentar seguir los parámetros inalcanzables que nos ponen todo el tiempo dejan el «ser felices» en un segundo plano. Es para la que llora sola en la cama de noche porque no se logra encontrar, y para la que sufre por no poder ser ella misma.
Es para la que le duele y para la que siente la impotencia de no poder ayudar a la que le duele. Para la que cada vez que le preguntan cuándo va a ser madre, se le arruga el corazón porque quiere, pero no puede. Para la que vive preparándose y estudiando para tener éxito profesionalmente, pero le echan en cara que no pasa tiempo en su casa y que desatiende a su familia. Para esa misma que aún cuando cumple sus objetivos, le dicen que igual no sirve, que nunca va a llegar a saber tanto como “aquel otro”.
Es para la que está en el medio o el comienzo de su vida y siente que nunca va a poder cumplir con todas estas exigencias. Sin dudarlo, es también para la que le hacen replantearse todo lo que viene cultivando con apenas 4 palabras de pasivo-agresividad.
A todas ellas les quiero decir que las entiendo, y que me propongo no parar de reflexionar sobre el tema, porque en una y en otra posición, también estuve ahí.
Señorita*
Inspirado en “Be a Lady, they said”, de Girl Magazine.
*Frases que escuché yo o que consulté a amigas y me las dijeron ellas.
Portate como una señorita. Eso no lo hacen las princesas. Esas son cosas de niñas. Ellos pueden, son hombres.
Reíte. No llores. Soltate el pelo. Recogete el pelo. Lo tenés muy largo. No se usa corto. A los hombres así no les gusta.
Sentate derecha. Meté la panza. No tenés cola. Los hombros para atrás. Cruzá las piernas. Eso es muy corto. Se te ve la panza. No tiene onda. Mírala, qué monja.
¡Qué rapidita! Es un chango. Le arruinaste la vida. Estás buscando atención. Lo espantaste. No sos cariñosa.
¡Estás flaquita! Estás rechonchita. Te comiste todo. Estás bien, ¿eh? Mira tus uñas…Eso no te favorece.
¿Cuándo te casas? ¡Te casaste! ….¿Y todo bien? ¿Para cuando el primer hijo?Tenés que ser madre. ¡Rápido que el tiempo vuela! ¿Cuando volvés? ¡Qué valiente cómo te fuiste! ¿A dónde se fue? Está loca. Está bien, aprovecha el tiempo. Estudiá que es lo más importante. ¡Hay que prepararse! Lo que importa es la experiencia, eso no te lo enseñan.
Quedate en casa, cuida a los chicos. ¿No trabajas? ¿Qué le haces de comida? ¿No cocinas? Está bien, acompañalo. ¿Lo vas a hacer sacrificar todo eso?! Yo no podría.
Qué agresiva, eso no se dice. Replanteate las cosas. ¿Vas a terapia? ¡Pero eso es para locos! Tú siempre decí que “si”. Pero ante la duda, siempre “no”.
Ahí viene la feminista. Comunista. ¡No le des ese libro que se le va a la cabeza! Mejor no digas nada.
Portate como una señorita.
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