Barcelona: Rincones de siempre y algunos descubrimientos
Mi querida Barcelona, la reina del ocio alternativo y gastronomía sin igual. Volver a un lugar que tiene un rincón especial en tu vida es increíble. Se trata de reecontrarte con gente y espacios que te generan nostalgia y a la vez satisfacción y felicidad, pero también implica cierta obligación a salirse del circuito y descubrir algo nuevo, así que va una lista hiper resumida de los de siempre y algunos descubrimientos de mi reciente visita.
Rincones de siempre
1. Partido en el Camp Nou
Esto no es para todo el mundo, entiendo, pero imposible pasarlo por alto. Cuando papá planteó desde Montevideo la posibilidad de encontrarnos en Barcelona para ver el partido contra el PSG, ni mi hermano (que lo acompañaba en el viaje a Alemania) ni yo lo tomamos muy en serio. Error de novatos, obviamente hablaba en serio.
Para hacer la historia corta: suspendió todo en Alemania, tomaron un avión, nos encontramos en Barcelona, conseguimos entradas, gol de Lucho a cinco metros de nuestra cara, y terminamos viendo la remontada del Barca para pasar a la siguiente ronda de la Champions (La ChAAAmpiOOOns, ¿me entendés?). De mis idas al Camp Nou, sentadita y bastante bien portada, esta no tuvo nada que ver. Terminamos en sandwich humano a los llantos y festejos desaforados, mi padre el tipo más feliz del mundo y una apuesta que nos salió demasiado bien. En definitiva, si Perrier dice que va, va; y hay que ir porque al que no va, no le pasa.
2. Restaurante La Flauta
Yo pienso en La Flauta y se me cae una lágrima, definitivamente de mis lugares preferidos en el mundo para comer. Lugar de una vez por semana, que los aromas de la plancha llegan a la puerta y te llevan a la mesa sin que te des cuenta (relativamente lento porque seguramente te encuentres con una fila), pero vale la espera. Súper en precio, la calidad es cinco estrellas siempre y el servicio rápido y amable.
Fuimos esta vez con mi hermano y papá y fue un festín: chipirones, rabas, ensalada de camembert crujiente y pincho de langostinos. Cañitas y siesta. ¡La buena vida Catalana!
3. Rodriguez
Ideal para el descanso de tapas, con buen wifi, una gran colección de jugos naturales y café delicioso en el Eixample. La ventaja de Rodriguez es que está en una esquina privilegiada donde aún en los días de frío le da el sol, desde la mañana a la tarde, y el ambiente es lindo y acogedor.
Mis preferidos acá son el sandwich Run Chicken, la ensalada Tokio y el jugo Go Mango Go.
Digamos que no es el lugar más barato para comer, pero una ida de brunch rinde y te vas sintiéndote bien de bien.
4. Foc i Oli
Porque sí, uno siempre busca lo familiar sea como sea, donde quiera que esté. Foc i Oli es como llegar a casa, ya no tengo ni que pedir porque los genios saben que mi menú es fijo: chivito, papas fritas y caña, y debo decir, es de los mejores chivitos que comí en mi vida.
Con un equipo de tan solo cuatro personas, con dos hermanos uruguayos a cargo del menú, Foc i Oli llegó al puesto número 1 en restaurantes en Barcelona en Tripadvisor en un menú que integran un chivito y cuatro o cinco hamburguesas, no más (para que se hagan una idea hay más de 8.000 restaurantes registrados en la ciudad, y en Montevideo por ejemplo hay 807).
La primera vez que fui me hice la compatriota chanchera y les dije que les iba a poner los mejores comentarios del mundo en Tripadvisor, que les iba a hacer publicidad por todos lados, que me iban a ver la cara todas las semanas. Claramente todo eso hice, pero cuando me fijé y vi que estaban en el top top hace tiempo ya, me sentí una banana. La siguiente vez les dije: ey, me hice la piola y ustedes ya están ahí arriba, qué genios. Y me contaron la historia que cuando llegaron al puesto número uno las filas daban vuelta la cuadra y la gente llamaba a reservar para 20 sin parar. El tema es que Foc i Oli cuenta con 9 banquetas que se distribuyen en tres barras y ya está.
Así de bueno es.
Algunos descubrimientos
5. Vistas y relax en Marea Alta
Un año en Barcelona y ni la más remota idea de este lugar. Para las vistas de la ciudad en general se pasea por Montjuic, Tibidabo o los Búnkers de Carmel, pero en el Raval se esconde este restaurant con unas increíbles vistas 360 donde se puede tomar un café y relajar en los livings bastante cómodos con vista a elección de Montjuic, el puerto o la grandiosidad de los edificios de Eixample.
Acá me llevó Dany, un excelente guía y compañero foodie de alma, que captó perfecto cuando le dije «vayamos a ponernos al día a un lugar nuevo».
También hay un restaurante, pero no tiene las mejores reseñas al momento y, al parecer, los precios están igual de cerca de las nubes que el mirador. Para todo lo demás es espectacular (por ejemplo para ese mega cañón frito de crema) y vale la pena darse una vuelta.
6. Palosanto Tapas y Platos
Otro regalo de Dany, amé Palosanto.
Está en el Gótico con terraza y sillas sobre la plaza George Orwell. Si no hay mesa afuera y no querés esperar, adentro es igual de lindo y agradable con una súper barra y buena onda.
Los huevos con jamón celestiales que aparecen acá son solo el comienzo, seguimos con croquetas, berenjenas fritas con queso y miel, y bravas. Una cosa más rica que la otra. Además te atienden super bien y te recomiendan tapas y platos, que eso es clave si vas perdido con un menú tan largo. Un gran descubrimiento que hay que volver.
7. Jardines de Pedralbes
Los jardines estan super bien mantenidos, con fuentes, esculturas y el Palacio al final son un buen programa para alejarse del centro y descansar de la ola turística que azota Barcelona incansablemente cada día del año.
Un buen plan puede ser ir acá, llevar algo de comer tipo pic-nic el fin de semana, ir a hacer deporte que hay mucha gente en la misma o simplemente ir a pasear un rato y después hacer shopping por Diagonal y el L´Illa, un mall con buenas tiendas.
Convengamos que estamos hablando de Barcelona, si hay algo que sobran son buenos lugares para pasear y comer. Hay un sin fin de guías y planes de recorrido que se encuentran con facilidad, y lo cierto también es que es una ciudad en constante evolución y todo abre, se restaura y cierra con una rapidez que obliga a chequear bien antes de volver a cualquier lado.
Redondeando:
– No escatimes en croquetas
– No te saltees la siesta, Barcelona se hace caminando
– Si justo llegas en uno de los diez días al año que llueve en Barcelona, no te desanimes, podés quedarte otra hora en La Flauta
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