Ay, me voy otra vez
Tenía que pasar y pasó. En un mes nos mudamos de Colombia a Roma, Italia, para comenzar una aventura con Andrés que venimos planeando hace 4 años.
Todo comenzó con un error de cálculo del cura el día que nos casamos quien, adelante de las personas más cercanas a nosotros decidió confesar que estábamos haciendo planes para mudarnos a Europa. En ese momento no era algo seguro, de hecho no pasó, pero lo cierto es que desde el primer día en que acordamos estar juntos, estamos buscando un lugar neutro para echar raíces. Llamamos «lugar neutro» básicamente a cualquier lugar que no sea ni Colombia ni Uruguay, porque siempre pensamos que, para que fuera justo el acuerdo (y francamente más emocionante), los dos teníamos que estar en cancha de visitante.
La idea era llegar a Colombia y desde acá planear el próximo paso. No nos dimos cuenta de que, claramente, el siguiente paso ya estaba dado.
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Desde siempre sentí una atracción romántica con Europa. Andrés también, y por eso el plan se aprobó orgánicamente. Sin embargo, no pasó más de un año de mi regreso de Barcelona —donde estuve antes de llegar a Colombia— en darme cuenta de que así como Disney te vende la historia de la princesa feliz por siempre, Europa me lo hizo igual. Cuando llegué a Barcelona estaba convencida de que la felicidad había llegado a su pico. Llegaba con mi mejor amiga, a estudiar algo que me apasionaba, en una ciudad absolutamente maravillosa.
Pues la amistad se fue por el caño, los estudios rozaron el fiasco y la ciudad no me acompañó en casi ningún momento. Mi experiencia no fue lo que soñaba, para nada y, en gran parte, al final me di cuenta de que no fue todo culpa de Barcelona, también fue mía.
Antes de irme a España, en más de una ocasión me dijeron que era una mala idea, que no conviviera con una amiga porque eso, entre otras cosas, no iba a permitir que me integrara. No hice caso, y así ocurrió. La semana que llegué fui a abrir una cuenta en el banco y la mujer que me atendió —que finalmente se convirtió en una especie de amiga, todo muy extraño— me dijo que tuviera cuidado, que había mucha gente complicada rondando por ahí. No hice caso, eso también pasó, y hoy doy fe que me crucé con gente realmente maléfica. Entender todas esas cosas es la razón por la que estoy en paz con lo que está por venir.
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Cuando llegué de Colombia, mi mente en modo «esto es transitorio» me dio con un palo. Acostumbrada a siempre luchar por lo que quiero y solo rendirme una vez que mi corazón siente que realmente hizo todo lo humanamente posible para conseguirlo, me parecía una idea muy lejana quedarnos en Bogotá más de dos años. En conclusión: fui engañada por mí misma.
Eso, sumado a las crisis que arrastré de Barcelona, me dejó de cama al punto que se volvió urgente volver a la psicóloga para buscar ayuda. Después de considerarlo y tomar la decisión, mi madre encontró a una amiga de una amiga que estaba dispuesta a verme llorar sobre «nada que pudiera hacer» una vez cada quince días.
— Creo que es mejor si probamos una vez por semana, María.
Me dijo después de escucharme balbucear tan solo dos veces.
Por un momento pensé que iba a ser imposible que me ayudara, ni con lo que pasaba en Barcelona ni con mi angustia por sentirme tan perdida, pero al igual que ocurrió a mis 15 años, tener ese humano profesional, franco y conciso delante, me salvó la vida.
De todas las cosas que me dijo Andrea en ese año que trabajamos juntas, una de las que más me acuerdo es: «María, hay que ir por la vida con los bolsillos vacíos de expectativas» y estaba claro que ella consideraba que los míos estaban tan llenos que me tenían completamente anclada al suelo. Si hay algo que me tiene preparada entonces, es esa frase. Yo no me voy a Roma con expectativas de cantar ópera en el Coliseo, no. Yo me voy a Roma, y que sea todo para mejor. Punto.
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El sufrimiento pasó. Bogotá me perdonó (algo que nunca pude hacer yo con Barcelona) y de ahí en más solté muchas cosas para dar lugar a una etapa de mi vida que hoy miro con ojos empañados de ternura y cariño.
Recorrer Colombia para mi fue como volver a darle cauce a un río completamente seco en mi interior, un río que nació en lo más alto de mi corazón y fue conquistando cada parte de mi cuerpo hasta los pies. En Colombia comencé a ver colores de nuevo, porque este país es eso para mí: colores.
Rodearme de su riqueza y espíritu me impulsó a graduarme del kayak al rafting sobre el río que yo misma me había construido para salvarme. En esa vorágine perdí el miedo y disfruté la adrenalina, y me di cuenta que gracias a ese estado, además de poder ser yo misma, pude atraer a la gente que realmente quería y me hacía bien, y a esa familia de amigos le debo gran parte de la seguridad que siento de que todo va a estar bien.
Y me dejé maravillar, porque Colombia no es lo que es si uno no la deja. Vi Colombia, leí Colombia y saboree Colombia como un alienígena que ve la Tierra por primera vez. Le doy mérito por hacerme más valiente y más segura de mi misma, y por impulsarme a alcanzar cosas difíciles y nuevas.
Colombia es para mí una maestra y una mentora, y yo sé que me deja ir porque me cree preparada. Y yo también.
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Es liberador ir por la vida con los bolsillos vacíos de expectativas. Es como andar por la calle con un escudo invisible donde nada ni nadie te puede fallar, y por eso no se me ocurre mejor manera de presentarme a Roma.
— Mucho gusto, Roma, acá estoy, con todo para ganar y nada para perder.
stella
on 19 febrero 2021Sí, Colombia es Realismo Mágico, es tal como la describiste.
Maria del Carmen Perrier
on 19 febrero 2021:)))
TERESA FAVARO
on 19 febrero 2021LA MAYOR DE LAS SUERTES ! Querida Beba, es bien cierto ir por la vida «ligero de equipaje» algo así ……libre como pluma al viento
Cúanto me alegra tu pasión al escribir y agradezco a Colombia todo lo que te dió, incluyo al divino de Andrés of course
Te abrazo fuerte…..nos vemos en Roma
cariños para los 2 , feliz mudanza !
Maria del Carmen Perrier
on 19 febrero 2021Gracias mi tía divina!!! Andrés fundamental en mi vida, soy muy afortunada 🙂
Nos vemos en Roma, seguro que si!!!
Beso gigante!!! y gracias por leerme
María Clara Rossi de Stirling
on 19 febrero 2021Mucha suerte, querida hija de mi querida amiga y por lo tanto, amiga por transferencia como dirían los psicólogos. Arrancás con pie firme y experiencia acumulada. Te irá muy bien.
Me encantaría intercambiar cuentos contigo por mail. Tengo unos cuantos muy buenos. La humildad no es mi fuerte. Por favor, pasame tu correo electrónico para empezar esa correspondencia que nos gustará a las dos. Beso. María Clara.
Maria del Carmen Perrier
on 19 febrero 2021¡Hola María Clara!
Claro que si enviame a hola@mariaperrier.com y charlamos!
Te mando un abrazo!
Patilla
on 19 febrero 2021Tal cual! Ir con los bolsillos vacíos de expectativas! Eso hace que tengas todas la hojas en blanco para escribir esta nueva historia de esta nueva etapa! Y que mejor que con Andrés! A completar esas hojas en tierra neutral juntos! Nos vemos en Roma! Ciao!
Maria del Carmen Perrier
on 20 febrero 2021JAJAJ Total! Nos vemos en Roma, Ciao!!!!!
Rosina Otegui
on 23 febrero 2021Hola my dearest 🤗 Me fascinó leer que estás tan feliz y agradecida a Colombia que, con sus colores maravillosos, te dejó ser tú misma y a la vez te vió crecer y prepararte para lo que vendrá ! Roma los espera, a tí y a Andrés, para que la descubran y disfruten juntos !!! Un 😘 y un 🙅♀️ 💚
Maria del Carmen Perrier
on 23 febrero 2021¡Gracias auntie! Una dicha contar siempre con tu apoyo total y absoluto. ¡Besote!
Vicky H.
on 23 febrero 2021Si no hay expectativa, no hay frustración, dijo un sabio amigo mio.
Muchos exitos en todo lo que se viene!
Maria del Carmen Perrier
on 26 febrero 2021¡Exacto! Es maravilloso ese camino, te digo, jaja Gracias amiga linda nos vemos por allá o por uru!! love u!!!!
El mayor fan que tiene Maria
on 25 mayo 2022Mariaaa. Me encanta tu blog!! Dime, por que te fuiste para italia? fue por trabajo? o hacer estudios?
Que te llevo por el pais de la pasta, la pizza, los maseratis y el mediterraneo?
Maria del Carmen Perrier
on 25 mayo 2022jajaja fue por razones laborales 🙂 aunque la pizza me llama siempre 😍🤜🏼🤛🏼!
Carmen Aliss
on 11 agosto 2022Lloré con esto. De alegría por supuesto 🙂