3 herramientas para enfrentar cambios profesionales o personales
Todo cambio da miedo o, a lo sumo, provoca un «chucho» que nos corre por la espalda.
Al haber enfrentado varios y bastante fuertes, no me quedó otra que idear herramientas que me ayudaran a sobrellevar esos momentos porque, sin duda, van a seguir ocurriendo.
No tanto porque mi vida sea espcial o se haya dado de una manera u otra, sino porque, casi podría asegurar, la vida de todos donde quiera que estemos, funciona así. Soy fiel creyente de que vivimos en constante movimiento.
Por eso, justamente, debo advertir que ninguna de las herramientas que describo a continuación son infalibles.
Son, simplemente, caminos para sortear las incertidumbres del cambio que me sirvieron para animarme a dar el salto, y quizá te sirvan a tí también.
¡Dejame tus comentarios o compartí tus propias estrategias abajo!
1. «¿Qué es lo peor que puede pasar?»
Durante la manifestación de mis primeros episodios de ansiedad fuerte solía conversar mucho con mi psicólogo acerca de cuáles eran los disparadores de esos momentos.
Cuando lo descifrábamos, siempre me ofrecía el camino de analizar «el peor escenario posible» en caso se materializara lo que había imaginado.
¿El resultado? Nunca estaba poniéndome en verdadero riesgo. Tampoco estaba poniendo en riesgo a nadie más. Pero sobre todo, todo tenía arreglo.
Por eso, cuando veo que se empieza a calentar mi cuerpo, cuando avanzar en la vida profesional o en alguna instancia personal significa de alguna manera saltar sin saber dónde voy a aterrizar, vuelvo a esa pregunta: ¿Qué es lo peor que puede pasar?
Al evaluar todo y tener claros los distintos panoramas, incluso los más improbables, gano fuerza y calma y supero el momento.
2. Si después duele, también va a ser perfecto.
Durante mucho tiempo sentí que si cedía a una injusticia o a alguna situación que no concebía como el resultado de algo, me estaba resignando. Y si hay palabra que me provoca rechazo en el diccionario es «resignación».
De nuevo, para enfrentarme a ese autobloqueo evolutivo que me impuse durante años recurrí a los consejos de mi terapeuta.
Un día me dijo «Pero María, la aceptación no es resignación». Y todo cambió.
En el post que te linkeo arriba, desarrollo esta idea que, si no la estás aplicando ya, te prometo que es revolucionaria.
3. Soy capaz
Muchos de los miedos que surgen frente a un cambio personal o profesional tienen base en las reacciones de los demás frente a lo que vamos a hacer.
Lo que estuve practicando es que, si saco el enfoque de los demás y lo pongo en mí, las cosas salen mucho mejor y los miedos quizá no desaparecen, pero se debilitan.
¿Por qué? Porque yo sé que si hay alguien a quien voy a querer probarle que es fuerte, invencible y capaz de hacer lo que se proponga, es a mí misma. Nunca contemplo fallarme como una opción.
Poner la lupa donde se pueda magnificar algo positivo, como la fe en uno mismo, tiene resultados cósmicos.
¿Tenés tus propias herramietas, trucos o frases para superar momentos de intensidad?
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